Los beneficios de la Contratación Pública Circular

La contratación pública circular se puede utilizar como una fuerza para generar los beneficios económicos, ambientales y sociales.

Maximizar la relación calidad-precio

Al considerar todo el ciclo de uso, desde la contratación hasta el final del uso de un producto, servicio o material, la contratación pública circular puede generar ahorros de costos y recursos tanto para los gobiernos de las ciudades como para los ciudadanos. Al tener en cuenta cómo se utilizará un producto o servicio durante el período de contratación, los gobiernos de las ciudades pueden tomar decisiones de compra más efectivas a largo plazo.

Optimizar la eficiencia de los recursos

Al adquirir servicios como reparación, renovación, remanufactura y modelos que no son de propiedad, los gobiernos de las ciudades pueden mantener los productos y materiales en uso por más tiempo. Al introducir requisitos para el uso de materiales secundarios en los contratos y otras estrategias para reducir los residuos y la contaminación, los gobiernos de las ciudades pueden promover la eficiencia de los recursos, evitar los residuos y fomentar los flujos circulares.

Apoyar los objetivos de cambio climático

La transición a una economía circular es un paso fundamental para lograr los objetivos climáticos. Al incorporar requisitos en las licitaciones, los gobiernos de las ciudades pueden reducir las emisiones, aumentar la resiliencia y diseñar ciudades más habitables. Los ejemplos incluyen: prescribir el uso de materiales secundarios para la construcción de edificios y carreteras, preservar el carbono y la energía incorporados en cemento, acero, plástico y aluminio, o adquirir soluciones de transporte público que mejoren la calidad del aire.

Proteger la biodiversidad

Hoy en día, más del 90 % de la pérdida de biodiversidad se debe a la extracción y procesamiento de los recursos naturales. Una economía circular apoya la regeneración de los sistemas naturales y protege la biodiversidad. Por ejemplo, los enfoques agrícolas regenerativos, como la agroecología, la agrosilvicultura y el pastoreo controlado, secuestran carbono en el suelo y mejoran su salud, aumentan la biodiversidad en los ecosistemas circundantes y permiten que las tierras agrícolas sigan siendo productivas en lugar de degradarse con el tiempo, reduciendo así la presión para expandirlas. Para limitar la pérdida de biodiversidad, los gobiernos de las ciudades pueden evitar la contratación de plásticos innecesarios y problemáticos, sustancias peligrosas y otros materiales que contaminan el medio ambiente. También pueden adquirir de sus proveedores materiales y alimentos cultivados de forma regenerativa, así como promover la creación y conservación de espacios verdes como parques, bosques y ríos en la ciudad y sus alrededores.

Promover innovación

La contratación pública circular puede ser un motor de innovación al crear demanda de tecnologías, productos y servicios nuevos y más circulares. Al asociarse con programas aceleradores o de incubadoras existentes, las ciudades pueden convertirse en centros de innovación que atraen nuevas empresas y pequeñas y medianas empresas (PyME), lo que a su vez aumenta la competitividad económica de la ciudad.

Fomentar trabajos y competencias circulares

Al obtener productos y servicios que se producen localmente, la contratación pública circular puede contribuir a la creación de empleo local, apoyar la economía local y también proporcionar beneficios sociales. Las pequeñas y medianas empresas pueden beneficiarse, ya que los contratos les ofrecen la oportunidad de encontrar mercados para sus soluciones y productos innovadores. La contratación pública circular también puede empoderar a las comunidades locales, reducir la inseguridad alimentaria mediante el fortalecimiento de las cadenas de suministro locales y mejorar la salud pública.

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